Ciento setenta y seis kilómetros de litoral pueden dar para mucho. En nuestra maravillosa Costa Vasca, el intenso azul del Cantábrico se funde con el verde de las montañas formando una costa salpicada de puertos, playas y abruptos acantilados
La Costa Vasca sorprende con sus paisajes recortados, siempre peinados por un viento salado de pueblos marineros, con una cultura y una tradición viva en cada pueblo.
Partimos de San Sebastián, desde donde comienza nuestro recorrido por la costa gipuzkoana. A escasos 20 kilómetros paramos en Zarautz (www.zarautz.com). Bañada por el mar Cantábrico, su extensa playa, flanqueada por los acantilados de Santa Bárbara y Mollarri, se extiende a lo largo de 2.500 metros y está rodeada por un animado paseo marítimo. En el extremo oriental de la playa, al final del paseo, hay una zona de dunas, la más extensa del litoral guipuzcoano. Declarado biotopo protegido, una pasarela nos permite visitar este espacio natural que sirve de cobijo a muchas especies de aves.
Continuamos por la costa, unos kilómetros más hasta llegar al Geoparque de la Costa Vasca, el Geoparque del Flysch en Zumaia.
Los espectaculares acantilados de la costa occidental de Gipuzkoa esconden un singular tesoro natural: millones de años de historia geológica escritos en sucesivos estratos rocosos que, a causa de la acción continua del mar, han quedado al descubierto.
Lo más llamativo y espectacular de los flysch entre Mutriku, Deba y Zumaia, es la forma cómo estos se internan hasta trescientos metros en las aguas, a modo de un gran costillar.
Zumaia es, desde hace más de un año, conocida y visitada por aparecer en la exitosa película “Ocho apellidos vascos”. En el film aparece, entre otros escenarios, la ermita de San Telmo, desde donde se obtienen preciosas vistas de la costa.
Salimos de Zumaia y entramos en territorio bizkaino. Antes de parar en nuestro próximo destino, vale la pena hacer una visita rápida a Elantxobe (www.elantxobe.eu) un pequeño pueblo pesquero característico por lo abrupto de su ubicación. Es una sucesión de casas escalonadas, que flanquean la cuesta que acaba en el pequeño puerto construido al abrigo de la mole del cabo Ogoño.
Seguimos la ruta hasta Mundaka (www.mundaka.org), en plena Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Mundaka, mundialmente conocida por su ola izquierda, es un municipio tranquilo y marinero donde el puerto, y las antiguas casas de los pescadores componen el centro de la villa. Es agradable pasear por sus estrechas calles o acercarnos a disfrutar de las vistas sobre el estuario y sus arenales desde la Ermita de Santa Catalina.
Proseguimos nuestra ruta hacia el oeste y llegamos a un punto mítico de la costa vasca, la Ermita de San Juan de Gastelugatxe (www.euskoguide.com). Esta ermita está construida en la cima de una isla unida al continente por un puente. El camino tiene más de 200 escalones que debemos superar para llegar a la ermita, una construcción del siglo X desde donde se disfruta de una vista espectacular de la costa vizcaína. Es posible llegar hasta la ermita, para lo que se aconseja llevar calzado cómodo ya que el acceso es algo complicado.
Si tuviéramos tiempo, podríamos culminar nuestro recorrido visitando el Bosque de Oma, que bien merece una visita. Pero en este recorrido tan corto, decidimos no incluirlo en nuestro itinerario.
Después de visitar Gaztelugatxe tenemos dos opciones, dependiendo del tiempo que nos quede y nuestras fuerzas. Hacer una última parada en Getxo, ya muy cerquita de Bilbao para visitar el majestuoso Puente Colgante o poner punto y final a la jornada e ir a reponer fuerzas para el dia siguiente al hotel que recomiendo esté en Bilbao.
En este caso, os cuento la visita de Getxo en el siguiente post…
Llevo días buscando un pueblo de pescadores cuyo nombre no recuerdo. Tiene un hotel a pie de playa donde pasé los quince mejores días de mi vida hace diez años, cuyo nombre tampoco recuerdo. Para mí son nombres difíciles de recordar. He visitado todas las páginas que he encontrado relativas a la costa vasca y todas las de hoteles, pero solo he encontrado menciones a los sitios típicos que siempre están llenos e turistas atraídos por la publicidad. No pretendo ser grosero, pero resulta reiterativa la publicidad de los mismos lugares. Al parecer, únicamente existen media docena de sitios para visitar.
atentamente.
Podría ser Lekeitio? Hotel Zita Emperatriz