Nos despertamos tempranito, 7.30 hora portuguesa. Un tentempié en el desayuno del hotel y tomamos la nacional N125 dispuestos a recorrernos la parte oeste del Algarve, visitando entre otras playas, las turísticas de Portimão y Albufeira. ¡Y vaya si lo hicimos!. 9.00am, ya marcaba 26º el termómetro…
Pusimos rumbo a Portimão (50km) y la primera parada la hicimos a mitad de camino a la altura de la Escuela Internacional del Algarve, donde nos desviamos hacía la Playa da Marinha o Praia de Albandeira, que es mismo desvío. Nos olvidamos de la segunda, no porque no tuviéramos buenas referencias de ella, al contrario, si no porque en cada momento había que decidirse por una, si no hubiéramos estado todo el da viendo calitas!.
Increíble la playa de la Marinha! Hay un mirador y el acceso se realiza por una escalinata perfectamente acondicionada. ¡Merece la pena!
La playa de la Marinha tiene una gran belleza natural. Ubicada en Lagoa, esta pequeña cala, escondida y tranquila, es considerada por la Guia Michelin una de las diez más bellas de Europa y una de las cien más hermosas y especiales de todo el mundo.
Tras sacar unas fotos y bajar a la arena para deleitarnos de este espectáculo natura, continuamos nuestra visita. Tomamos el coche y antes de llegar a Portimão paramos a repostar gasolina en el coche de alquiler. Menuda diferencia de precio con las gasolineras de la capital. Aquí mucho más baratos. Repostamos Gasolina 95 a 1,544€, frente al 1,70€ que vimos en Lisboa. Siguiente parada: Portimão, Praia da Rocha.
La Praia da Rocha es uno de los lugares del Algarve más fotografiados, ya que llaman la atención sus peculiares columnas de arenisca en una amplia playa orienada al sur. En un extremo de esta playa se encuentra la Fortaleza de Sata Catalina, que mira al Castelo de Sao Joao de Arede.
Fuente: Blog Viajar a mi aire
Decidimos pasar la mañana en la calita de la Praia dos tres Castelos. Se estaban de maravilla, agua fresquita y cristalina, brisita tomando el sol. Así nos dieron los 14.00 y el sol picaba, por lo que como buenos turistas/visitantes buscamos un restaurante donde degustar una típica Cataplana.
Nos pareció buena idea el Café del Mar y allí decidimos entrar. Nos sentamos en una mesita fresquitos con buenas vistas al mar y ¡al ataque!. Cataplana para 2 personas por 35,0€ (Ese pecio no debe ser normal, porque unos días después las vimos por 26,00€ en Quarteira), acompañada de ensalada, bebida y dos cafés con leche, en total 50,00€.
Repusimos fuerzas y vuelta al coche. Nos acercamos a la playa Três Irmãos, en Alvor, que nos costó un poco encontrar, y pusimos de nuevo rumbo a la Albufeira para pasar unas horitas mas al sol.
El centro histórico de Albufeira es pequeño pero pintoresco. Tiene una plaza centrar donde se han acumulado muchos restaurantes, y una calle comercial que concluye en una pequeña cueva que da acceso a la playa de la ciudad. Chiquita y casi siempre repleta de bañistas, pero muy agradable.
Las dos playas del casco antiguo estaba an rebosar de grupos de jóvenes ingleses. Destino elegido por la mayoría de guirirs, y así lo demostraba la cantidad de Pubs y bares que alojaban el casco antiguo. Nosotros pasamos la tarde en la extensa Playa de Inatel y cuando ya el sol se comenzó a poner, recorrimos el entramado de callecitas del casco antiguo que estaban repletas de puestos de artesanía, mezclándose con la música alta y el ambiente de fiesta que ya se dejaba ver.
Vuelta al hotel, cena, paseo por la playa y a la cama.
**Este día nos dejamos en el tintero de visitar el Algar Seco. Os recomiendo que le echéis un ojo, es un “TO-DO” que no nos dio tiempo.