Nos encanta la actividad y somos viajeros aventureros, pero hay que reconocer que, a veces, aunque solo sea para coger impulso, hace falta parar. Hoy nos damos ese capricho con un tour por algunos de los mejores balnearios de Europa.
El uso del agua en beneficio de la salud es una práctica con miles de años de antigüedad que es común en distintas culturas. Bien sean aguas termales, manantiales naturales o lugares que recrean un efecto similar, se utiliza la temperatura y los componentes minerales del agua con fines terapéuticos.
En la Antigua Roma, en Turquía, en varios lugares de Latinoamérica o en la cultura árabe, los baños son un símbolo de pureza y paz. En Europa hubo un tiempo en que las ciudades balneario fueron también una señal de riqueza, ya que eran las clases más pudientes (o las que pretendían serlo) las que disfrutaban de ellas.
Hay muchísimas ciudades balneario en Europa, en España mismo encontramos aguas termales de norte a sur, pero hay países que destacan por la gran cantidad y calidad de los spas naturales con los que cuentan como Bulgaria, Hungría, Suiza, Portugal o Italia, sobre todo en la zona de La Toscana o del Lago Como.
Hemos dejado fuera estos países en nuestra selección de balnearios europeos porque necesitaríamos un artículo por cada uno de ellos (todo llegará). Nos quedamos con 5 de los balnearios más populares de Europa, aunque son muy diferentes entre sí para que veas que el relax es todo un mundo por explorar.
El origen de la palabra “spa” está en la ciudad belga del mismo nombre. Ellos fueron quienes supieron aprovechar el agua de su territorio para crear complejos hoteleros con multitud de piscinas, aunque la idea no era original. Un ejemplo de ello es la ciudad de Bath, que significa “baño” en inglés.
Esta localidad del sudoeste de Inglaterra, en el idílico condado de Somerset, fue fundada en el siglo I d.C. por los romanos. Su huella ha sobrevivido siglos y siglos en lo que son unos de los mejores baños romanos que se conservan en la actualidad.
En la época georgiana, la que describe Jane Austen en sus novelas, se puso de moda esta ciudad y se realizaron varias construcciones que convierten a Bath no solo en un reclamo por sus baños sino también por su legado arquitectónico.
Viajamos a Alemania, otro de los grandes productores de ciudades balneario de Europa. Una de las más populares es Baden-Baden, y lo es por varios motivos.
Situada a los pies de la Selva Negra, Baden-Baden cuenta con aguas termales desde la época de los romanos, de hecho uno de los spas más populares en la actualidad, Caracalla, toma su nombre de un emperador que solía frecuentar el lugar. Pero fue a mediados del siglo XIX cuando Jacques Benazet convirtió la ciudad en uno de los principales destinos turísticos de Europa central, gracias a la apertura del casino que se encuentra todavía en el Kurhaus y que es todo un referente.
Baden-Baden se encuentra muy cerca de la frontera con Francia, lo que hace que sea también una buena base de operaciones, a menos de 1 hora en coche hasta la bonita ciudad de Estrasburgo.
Nos movemos hacia el este de Europa para visitar otra ciudad estratégicamente situada. Una excursión a Karlovy Vary si visitas Praga es más que recomendable. Esta ciudad balneario, en el corazón de la región de la Bohemia, parece sacada de un cuento.
Rodeada por los ríos Eger y Teplá, y situada entre colinas, además de destacar por el gran número de fuentes que alberga, lo hace también por sus elegantes casas de colores, las columnatas del mercado o el parque, o por el brillo de las cúpulas de la iglesia ortodoxa.
Karlovy Vary (o Karlsbad) es también conocida por su artesanía en cristal (cristal de Bohemia) y por estar muy cerca de la ciudad de Pilsen (a menos de una hora), conocida por su cerveza. De hecho, en Karlsbad puedes mezclar las dos cosas y darte un baño de cerveza en el beer spa.
Los romanos no llegaron hasta Islandia, y eso que esta Laguna Azul es una de las grandes maravillas naturales del mundo.
Esta laguna se considera un spa de aguas geotermales. Está situada cerca de la central eléctrica de Svartsengi, que aprovecha la energía geotérmica que se desprende de estas zonas. Otros la aprovechan para relajarse en una enorme piscina en medio del frío glaciar.
Hace frío, sí, pero la temperatura de las zonas de la laguna destinadas al baño está alrededor de los 37-39°C. Esta piscina natural en realidad se formó a partir de la central eléctrica, del agua que les sobró al construirla en 1976. El agua está “almacenada” sobre un campo de lava.
Además de los efectos relajantes, se dice que tanto el agua como el barro son muy beneficiosos para la piel.
En España hay muchos balnearios y varias zonas privilegiadas con aguas termales, como Granada, Ourense o Tenerife. Nos quedamos con el balneario de Mondariz por tener cierto aire de misterio, a medio camino entre el palacio y la casa encantada.
Mondariz es un municipio de Pontevedra que no llega a los 5.000 habitantes, pero su balneario es uno de los más reconocidos de Europa. Además, esta zona está llena de pazos, restos romanos, algún castillo y parajes naturales espectaculares. Y también, sobra decirlo, cuenta con una excelente gastronomía.