Crónicas de una viajera

Para el último día del viaje, ya con las fuerzas casi agotadas debido al cansancio acumulado de los otros días, dejamos las visitas de la Galería de la Academia y Galeria Uffizi, una de las pinacotecas más importantes del mundo. ¿Por qué los 2 museos más importantes el último día? Porque no tuvimos otra opción. Para visitar Florencia planeamos 2 días, de los cuales uno era lunes, día que estos estos museos están cerrados.  Así que los dejamos para el martes.

Mi consejo: Reservad las entradas.

• Una primera opción es esta web. Son 4,00€ por entrada anticipada que se paga de más, pero merece la pena. Sin la entrada anticipada son 2 horas de cola mínimo en cada lugar y con el calor que hace en verano, creedme es agotador. Nosotros teníamos reservado a las 12.00h para la Galería della Academia y a las 16.30h para la Galeria de los Uffizi (Pero en realidad no hacen mucho caso de los horarios de las entradas).
• Una segunda opción es sacar entrada preferente para la Academia de la Galeria.

Viendo que la visita a la Galería no era demasiado temprano, visitamos primero la Basílica Di Santa Croce

Lo que más atrae de esta iglesia es la cantidad de florentinos insignes que hay enterrados en ella. La tumba de Miguel Angel se encuentra junto al muro sur, entre el primer y el segundo altar. Las tres musas de abajo simbolizan sus tres grandes talentos: la escultura, la pintura y la arquitectura. A continuación se encuentra un cenotafio del s. xix en Memoria de Dante; el de Galileo Galiela, fácil de localizar por el busto del gran científico que agarra el telescopio y mira hacia el cielo, queda justo enfrente, en la nave lateral izquierda.

Es en esta basílica donde pro primera vez se dio un capítulo de El síndrome de Stendhal. Este síndrome (también denominado Síndrome de Florencia o «estrés del viajero») es una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión , temblor, palpitaciones, depresiones e incluso alucinaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando éstas son particularmente bellas o están expuestas en gran número en un mismo lugar. Más allá de su incidencia clínica como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha convertido en un referente de la reacción romántica ante la acumulación de belleza y la exuberancia del goce artístico.”       

  –   Horario: L-S: 9.30-17.30   /   D: 14.00-17.30
  –   Precio:  6,00€  (Combinada 8,50€)
  –   Web: www.santacroceopera.it

Como iglesia que es hay que ir bien tapados. Nosotros no tuvimos ningún problema en entrar en ninguna catedral ni en Pisa ni en Florencia ni en Siena, yendo con pantalones cortos y tapadas con un gran fular por los hombros. Pero al entrar aquí, en la última iglesia, nos obligaron a taparnos completamente. Y nos tuvimos que comprar por 1,00e una bata-manta que sinceramente, tapaba menos que lo que nosotras llevábamos en un principio. Bueno, así lo tenemos guardado para la próxima vez.

De aquí, salimos dirección a la Galeria della Academia. Frente a la entrada, en la acera contraria a la Galería, se encuentra la taquilla de Entradas Reservadas. 10 minutos esperamos nada más. Con el email y el número de referencia impreso nos dieron las 8 entradas que teníamos compradas para ese día las 4 de la Galería y las 4 de los Uffizi. ¡Genial, una cola menos que esperar a la tarde!. Como teníamos compradas 2 entradas reducidas (18-25 años) nos solicitaron los DNIs para corroborarlo antes de darnos las entradas.

En la acera de la Galería hay 3 colas. En la puerta más cercana a la Piazza San Marco, está la cola para los grupos; en la del medio la de entradas reservadas (10 minutos esperamos a las 12.00) y la última la de los atrevidos ‘sin ticket’ que eran muchos y la cola, cuando preguntamos a las chicas que estaban a punto de entrar nos dijeron que llevaban 2 horas!.

El museo es muy grande, pero nosotros a penas tardamos una hora y poco más en recorrerlo. Aconsejo coger audio guía, descargarla de internet o ir bien documentados, para aprovechar mejor la visita.

Aquí se puede observar la obra maestra de Miguel Angel: El David. Mide 516 cm de alto y pesa 19 toneladas de mármol blanco perlado de calidad mediocre de las canteras de Fantiscritti (Carrara). Es un joven héroe bíblico en pose meditativa que con la ayuda de Dios derrota a un enemigo más fuerte. Una honda apenas visible retrata la victoria de la inocencia y el intelecto sobre la fuerza bruta. Fue encargado en 1501 por la Opera del Duomo para la catedral, pero situado después frente al Palaccio Vecchio, donde permaneció hasta 1873. Fueron necesarios 40 hombres y 4 días para transportar la estatua sobre rieles desde el taller de Miguel Angel, detrás de la catedral, hasta la Piazza en 1504. Para trasladarlo desde allí, en 1873 hasta la tribuna creada en la Galleria dell’Academia se necesitaron 7 largos días. Rasgos destacados: a) su expresión que desde el perfil izquierdo le dan un apercto sereno, zen y juvenil. Desde la derecha parece masculino y concentrado en el gigantesco Goliath al que va a abatir.; b) la sensación de equilibrio en el peso a través de todo el cuerpo, desde la tensión en la cadera derecha, sobre la que se apoya, hasta el recio brazo izquierdo. Por qué un pene tan pequeño: en el arte clásico, un pene grande o incluso de tamaño normal no se consideraba elegante, de ahí la discreta medida. Por qué una cabeza y unas manos tan grandes: el David fue diseñado para colocarlo en lo alto de un contrafuerte de la catedral, en el ábside, desde donde la cabeza y las manos presentarían unas proporciones perfectas.

Entre las otras obras importantes de Miguel Angel se expone una estatua de San Mateo y los Quattro Prigioni (los esclavos), esculpidos para la tumba del papa Julio II. Un familiar de Miguel Angel los donó a los Médicis. Estas figuras, que luchan por escapar de la piedra, constituyen una de sus piezas más dramáticas. Las esculturas se llevaron a la Gortta Grand, en los jardines de Boboli donde ahora se exponen unas copias

  –   Entradas Anticipadas: www.b-ticket.com

Salimos a las 13.00h y nos acercamos a la Iglesia de San Lorenzo.

De origen antiquísimo, fue la primera catedral de Florencia. Su espléndido interior renacentista fue realizado por Brunelleschi bajo el patronazgo de los Médicis, que hicieron de ella su iglesia y mausoleo. Reúne obras de Donatello y taller (los dos púlpitos en bronce), Filippo Lippi, Desiderio da Settignano y Rosso Fiorentino. La Sacristía Vieja, decorada por Donatello, fue terminada por Brunelleschi en 1429.

Accedimos al patio interior, que es la única parte gratuita. De aquí nos acercamos al Mercado Central, con multitud de puestos de pasta ideales para regalar (como lo que compramos nosotros) mezclados con los puestos de carne y verdura cotidianos en un mercado y restaurantes de tapeo repleto de turistas.

Decidimos ir al hotel a comer, descansar y dejar las bolsas de los regalos para a las 16.30h estar en la Plaza della Signoria dispuestos a recorrernos la Galeria Ufizzi entera. Está adherido por uno de sus extremos al Palazzo Vecchio, contiene una valiosa colección de pintura renacentista italiana. Para realizar esta visita puede resultar interesante visitar la Galeria Ufizzi con audio guia, para asi aprovechar y enriquecer al maximo la experiencia.

No exisitó artista más unido a los Medicis que Sandro Boticelli. Entre las pinturas de los Uffizi que más aluden a los Medicis sobresale La Adoración de los Reyes Magos, los Reyes tienen los rostros de Cosme y de sus hijos Pedro y Juan; también se reconoce a Juliano y a Lorenzo, y al propio Boticelli. La Galleria degli Uffizi ocupa el descomunal Palazzo degli Uffizi un edificio que solo por su tamaño ya impresiona.

No sólo se trata de la galería de arte más antigua del mundo, sino que es considerada la más importante de toda Italia y una de las más reconocidas de todo el mundo. A ello contribuyen obras maestras como La Primavera y El Nacimiento de Venus, de Sandro Botticelli, aparte de muchas otras firmadas por artistas como Rembrandt, Caravaggio, Rubens o Miguel Ángel.

Como teníamos ya sacadas las entradas, nos pusimos en una de las tres colas, la del acceso prioritario, que ardamos aproximadamente 15 minutos en entrar. Si por lo que sea llegáis a Florencia y no tenéis entradas reservadas y os apetece hacerlo, hay una cola para comprar las entradas para los Uffizi para el día siguiente.

Después de aquí, salimos a dar un último paseo rápido por la ciudad, hicimos algunas buenas compras (se venden muchísimos bolsos en Florencia) y disfrutamos de nuestro último helado y cena en la capital Tosacana. Sin duda, Florencia, merece la pena.

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Páginas de Interés:

• www.firenzeturismo.it