Seguimos por nuestro crucero por el Nilo en esta ruta de Faraones. A las 2:30a, recibimos la llamada para ponernos en marcha rumbo Abu Simbel.
Esta excursión tampoco estaba incluida en nuestro programa. Fueron 90€/persona. También había opción de 135,00€ con espectáculo de luz y sonido y cena incluída. Podíamos tomar café o té en el bar del barco, además nos dieron unas bolsas picnic para desayunar por el camino. A las 7:30am llegamos a Abu Simbel y para nuestra alegría amaneció nublado el día. Esta vez no nos acompañó Mohamed, sino otro guía de Royal Vacaciones. Antes de entrar al recinto, encontramos 3 bloques de baños. Intenté entrar al WC sin pagar moneda, ya que yo tenía papel y no quería coger el que la chica de la entrada me ofrecía, pero fue imposible, hay que pagar por todo. Desde el parking de buses no se pueden ver los Templos, es necesario entrar al recinto y bordear una montaña. Tuvimos las explicaciones pertinentes y de nuevo tiempo libre durante 1h 15 min.
Primero entramos en el templo más pequeño, el de Nefertari. No se permite grabar ni sacar fotos en el interior de ninguno de los dos templos, ni tampoco entrar a los guías. Después entramos en el Templo de Abu Simbel. Si parece magnífico por fuera, el templo es mucho más maravilloso por dentro. Increíble. Además desde el recinto tenemos unas preciosas vistas del lago Nasser.
Ramsés Ii construyó para sí uno de los más grandes templos de la antigüedad, el Templo de Abu Simbel, precedido de las cuatro reproducciones de sí mismo. Ramsés II fue uno de los más grandes gobernantes de su época, junto a su esposa, la bella Nefertari. La Presa Nasser obligó al traslado de todo el complejo. Se trataba de subir el complejo, de más de trescientas mil toneladas, a sesenta y cuatro metros más arriba de su primitiva construcción para evitar que fuera cubierto por las aguas.
Su construcción se efectuó en el año 24 del reinado de Ramsés II para dejar constancia a sus vecinos del sur de su inmenso poder sobre las tierras del Nilo. Cuatro colosos de 20 metros de altura y de sonrisa luminosa reciben al visitante. Son cuatro para aludir a los cuatro puntos cardinales y a los misterios que encierra el templo. Juntos forman un todo con el resto del monumento, convirtiendo en realidad la idea de que «El faraón es el templo, el templo es el faraón». Cada uno de ellos porta las coronas del Alto y Bajo Egipto, la barba postiza y la serpiente uraeus en la frente; mientras que bajos sus pies sucumben sus enemigos.
Al norte del Templo de Ramsés II se encuentra el Templo de Hathor, excavado en la roca y con seis estatuas de diez metros de altura presidiendo la fachada. Cuatro son de Ramsés, mientras las dos restantes son de su esposa Nefertari, que fue representada con el tocado de la diosa Hathor: cuernos de vaca, disco solar y dos plumas de avestruz. A los pies de ambos, hay nuevas imágenes de los príncipes y princesas ramésidas. El templo fue levantado siguiendo las órdenes de Ramsés II que con su decisión, quiso dejar constancia del profundo amor que profesaba a su bien amada reina Nerfertari.
Fuente: Guía de Egipto de Royal Vacaciones
A las 10:00 salimos de nuevo dirección al barco y a las 13:00 llegamos. Las maletas las habíamos dejado antes de salir hacia Abu Simbel fuera del camarote. Ya que a las 14.30 venían a buscarnos para llevarnos a Luxor a pasar la noche. Antes de salir, pagamos la cuenta de las bebidas del barco, 64,00€. En todas las comidas tomábamos prácticamente lo mismo: 1 botella de agua (grande: 12.00 L.E.; pequeña 6.00 L.E.), 1 cerveza (sakara gold 30.00 L.E.; Stella 25.00 L.E.) y 1 coca cola (12 L.E.). Nos habilitaron un camarote para poder ducharnos de nuevo antes de salir.
El viaje a Luxor duró aproximadamente 3h 30 min. Nos alojamos en el Hoterl Steigenberger
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Esta primera página es la más completa sin duda alguna. Es realmente buena.