El día anterior decidimos reservar una excursión opcional, no incluida en el paquete de Tailandia Esencial. Una visita a una parque de elefantes en Chiang Mai, que incluía un Show de los elefantes + Paseo en elefantes + Paseo en carro tirado por bueyes + Paseo en barca de bambú, incluyendo comida en el Restaurante de las Orquídeas. Empezamos el tour a las 7.45am y recorremos en furgoneta los 60km que nos separan del Parque Maetaeng Elephant Park & Clinic www.maetaengelephantpark.com. Comenzamos el día viendo un espectáculo con elefantes… Yo no soy una ferviente defensora de los animales, pero tampoco me gusta verles sufrir y a pesar de que en el espectáculo no se ve dañar a los animales, yo personalmente no disfruté demasiado.
Por eso, al terminar el show e ir a montar a lomos del animal, al principio me dio reparo y estuve a punto de echarme atrás. Sin embargo, pensé que era una experiencia nueva y superé el apure y montamos. El recorrido dura unos 40 minutos. Atravesamos la selva, por el rio y por plena naturaleza. Durante el recorrida hay “peajes” para alimentar el animar. Ellos les dan hierbas y si quieres, puedes pagar para que los alimenten con plátanos o cañas de azúcar, según nuestra voluntad. El safari fue muy divertido y al final no tan angustioso como pensamos al principio. Al finalizar, montamos en un carro de madera tirado por 2 bueyes. Al parecer otra atracción típica del parque que no fue de mi gusto.
Llegamos con los carros al punto de comienzo, al parque donde vimos el espectáculo de elefantes, y ahí nos esperaba Kamol para comentar el rafting en balsa de bambú. Al comienzo del día no estaban muy seguros de que pudiéramos realizar esta actividad, ya que el rio llevaba mucha agua y podía ser peligroso, pero al final se pudo. Es una travesía por el rio, totalmente relajante con el sonido de la naturaleza y algún que otro elefante. Pudimos remar, posar para fotos, hacer videos, luego las dos personas del staff que remaban en nuestra barca nos pidieron propina. En general, todos los thai están siempre dispuestos a sacarte fotos. El chico que guiaba nuestro elefante también nos pido la cámara y se bajo del elefante para sacarnos bonitas fotos, Claro, luego ponen la mano pidiendo propina.
Comentar, que en el parque también te sacan fotos su fotógrafo. Situado en sitios estratégicos y armado con una polaroid que imprime fotos al instante, sacan fotos de cualquier momento. Después, al acabar el tour, ya las tienen impresas, con su marco de Tailandia y embaladas en plástico lista para llevar. Nosotros, compramos las del Elefante y las de la balsa (más las de la cena Khantoke del día anterior.
Acabamos en el parque natural y montamos de nuevo en la camioneta. Pasamos por un pequeño mercadillo, llamado Mercado del Poblado, donde compra gente local. Kamol buscó cosas raras para enseñarnos, pero no encontró insectos fritos. Sin embargo probamos carne de búfalo, compramos mangostán, dorián y rambután. El dorian, esa fruta grande y con pinchos que huele fatal y que tiene restringido el acceso a los hoteles. Es el rey de las futas en Tailandia. De textura fibrosa y sabor dulce, es un poco pastosa y cansina. El rambután, rojito y con flecos, es como una uva carnosa y jugosa. Y el mangostán, el morado con rabito, es parecido a una ciruela, muy gustoso.
Ya es la hora de comer. Kamol nos lleva el Restaurante de las Orquídeas Bai Orchid-Butterfly Farm (Entrada 40 Baht). El recinto está compuesto por 3 zonas. La tienda de souvenirs, el invernadero de Orquídeas, la flor del país y el Mariposario. Al fondo, hay un restaurante con buffet donde tomamos el almuerzo incluido en el precio de la excursión, (bebidas a pagar aparte). Con este descanso ponemos punto y final al tour opcional.
Pero nosotros continuamos visitando uno de los pueblos Meo, tribu de la colina que se encuentra en la zona y el templo Wat Phrathat Doi Suthep incluido en el paquete del viaje. Para llegar al poblado, subimos la montaña, cambiamos de vehículo y montamos en 4×4, que en 20 minutos nos alcanza al Poblado Doi Pui.
Visitamos un “museo” con algunos artículos rurales antiguos, un jardín precioso y un mercadillo. Regresamos a nuestra furgoneta y ponemos rumbo a Wat Phra That Doi Suthep. Desde una zona del templo hay unas vistas panorámicas impresionantes del Parque Nacional de Dou Suthep-Doi Pui y de la ciudad de Chiang Mai.
El Wat Phra That Doi Suthep es uno de los santuarios budistas más venerados del norte de Tailandia. Fundado en el siglo XIV, alberga reliquias sagradas y es considerado el símbolo de la Tailandia lana.
Acabamos la excursión. ¡Menudo día el de hoy! Es pronto aún, bajamos al hotel a refrescarnos y nos vamos al Night Market de Chiang Mai. Antes, un masajito Thai en los pies de 30 minutos. Relax. En este mercadillo se pueden encontrar artículos varios, sobre todo ropa y souvenirs. Nos entra el apetito y buscamos un restaurente por la zona. Nos llama la atención uno con nombre español Restaurante Casa Antonio. Con menú internacional su carta se basa en platos típicos de la comida española, alemana, italiana y tailandesa. Los camareros chapurreaban un poquito el español y nos atendieron genial. Nos encantó cambiar la comida thai por un momento, y tomar un buen bistec con patatas fritas y sin picante. Sin duda, lo agradeces cuando llevamos mucho tiempo echando en falta la gastronomía de tu país. Restaurante abierto de 11.00 a 23.00h.
Último día en Chiang Mai, nos ha cundido. Pero mañana viajamos a Phuket!