En el Hospedaje Villa Pilar te llevan el desayuno a la habitación. Está genial! Claro que si lo quieres tomar en el comedor de fuera también puedes. Este día el tiempo nos dio una tregua y resplandecía el sol. Seguimos visitando las villas marineras por Cantabria…
Primero fuimos a Comillas y paramos a ver parte de su esplendido Patrimonio Monumental. La Puerta de la Universidad Pontífica, el Palacio de Sobrellano y por último El Caprichos de Gaudi www.elcaprichodegaudi.com.
El Caprichos de Gaudí es un edificio modernista diseñado por el arquitecto Antoni Gaudi (1852-1926) en el año 1883. Es una de las pocas obras de este genio que se encuentra fuera de Cataluña, junto a las de Astorga y León. Gaudí creó una obra original y colorista, llena de matices y sorpresas, en la que se mezclan un sinfín de texturas dando lugar a una joya del modernismo.
Entramos a eso de las 11.30 y tuvimos la suerte de que a las 12.00 comenzaba una visita turística guiada. Nos es imprescindible la visita, ya que en la estancia principal de la casa, lo que antes era el invernadero, hay un video que explica perfectamente los detalles que hacen tan original esta obra de Gaudi.
Visto el Capricho, pusimos rumbo a San Vicente de la Barquera.
San Vicente de la Barquera, situada en la costa occidental de Cantabria, es una villa histórica rodeada de un privilegiado entorno, en pleno Parque Natural de Oyambre. Esta villa, eminentemente marinera y pescadora, cuyo puerto fue y sigue siendo el corazón de la actividad de los barquereños, cuenta además con magníficas playas de distinta personalidad.
Callejeamos tranquilamente por el centro de San Vicente, aprovechando el precioso dia de octubre que nos había salido. Hicimos algunas compras, aprovechando a comprar Loteria de Navidad y curioseamos precios y restaurantes para probar uno de los platos estrella de la zona, su arroz con bogavante. Quiso el destino, que ese día se nos torciera un poco la tarde, porque me empecé a encontrar mal y cogimos el coche para volver a Santillana. Adiós bogavante.
Justo saliendo de San Vicente, decimos desviarnos por la carretera dirección Oyambre, que nos habían recomendado por sus maravillosas vistas. Y vaya que sí. Sin duda alguna son 100% recomendables. Este tramo de carretera es el que une San Vicente con Comillas, por lo que se puede hacer en cualquiera de los dos sentidos. Imprescindible si visitas la zona.
Ya en Santilla del Mar comencé a encontrarme mejor, por lo que aprovechamos a comer por el centro. Nos dejamos caer por el Restaurante La Villa, con menú en fin de semana a 15,00e. El precio muy bueno, la calidad no tanto. Así como el risotto de setas estaba muy bueno, los segundos platos dejaron mucho que desear. La tarde la dedicamos a dar una vueltecilla por el casco antiguo y ultimar las compras con productos típicos: sobados, anchoas de Santoña y demás.
Ay que ver, lo pequeñito que es Santillana y la cantidad de turistas que atrae! Cada fin de semana por lo menos 3 o 4 autocares desembarca turistas en el pequeño parking de la entrada. Una pasada.
Poco más que añadir a nuestra visita exprés Cántabra. Publico a continuación algunas imágenes sacadas de la web de Turismo de algunas zonas que merecen también la pena visitar y que en esta ocasión dejamos fuera de la ruta.