Budapest: Día 4, cómo ir al aeropuerto

Se acaba nuestra visita a Budapest. Nuestro vuelo de Ryanair salía a las 6.30am. Preguntamos en el hotel qué precio supondría un taxi desde el hostal al aeropuerto. Nos dijeron 3800HUF. Para confirmar el precio volvimos a preguntar diferente día a diferente persona (por si acaso). Nos pareció un precio razonable, salíamos a 5,00€ por persona.

Así que intentamos gastar todos los florines para esta noche, dejando lo justo o un poco más, pero el margen no era muy grande. Total que el mismo día bajamos a las 5.00am a llamar al taxi desde la recepción. El caso es que en el momento que montamos el taxista puso a cero el taxímetro. Y éste empezó a contar. Cuando aún quedaba bastante trayecto para llegar al aeropuerto ya habíamos llegado a los 3800HUF que se suponía nos iba a costar. El taxímetro continuó subiendo hasta llegar a 6200HUF. Nos alarmamos muchísimo, ya que ni por asomo juntando todo nuestro dinero llegaba para pagar. Cuando amablemente le preguntamos al señor taxista cuánto le pagamos, ¡nos contestó que 3800HUF! Qué alegría. Seguramente que desde el hostal tenga pactado algún precio para jóvenes o lo que fuera, pero había una diferencia abismal entre el precio estándar y el que nos cobró a nosotros.

Y para acabar el viaje con un toque de humor, os contaré lo que la fantástica compañía Ryanair tiene montado en el aeropuerto de Budapest.

Entramos al aeropuerto, pasamos el pertinente control de seguridad y nos disponemos a buscar nuestra puerta de embarque. Nos damos cuenta que los pasajeros de las puertas 12 a 19 tenemos que formar una única cola y pasar nuestro billete de embarque por unos lectores. Acto seguido accedemos a la pista de aterrizaje de los aviones, y como si fuéramos un rebaño de ovejas, todos juntitos somos conducidos a unas carpas provisionales que hay en mitad de la calle.

Y ahí mismo hacemos el embarque. ¡Ojo! Porque fuimos testigos de cómo a una pareja les hacían meter la maleta en un medidor y como no cumplían las condiciones tuvieron que ir corriendo hasta la terminal a facturarlo. Creedme que otros 20 minutos no se los quitó nadie, ya que no estábamos ni en el mismo edificio.